R.S.E. Y SOSTENIBILIDAD

Responsabilidad Social Empresarial  y Sostenibilidad = “Ganadores y Ganadores” ¿Una Nueva Forma de Pensamiento?

La economía global ha demostrado a través de las últimas crisis que ya no se puede hablar de una economía de ganadores y perdedores, es necesario crear un mercado que abra la posibilidad para crear una sociedad de “ganadores y ganadores”, esto indica que es primordial crear un mercado que permita el crecimiento económico de todos los sectores de la economía y no de unos pocos protagonistas. Con ésta referencia se parte de que la Responsabilidad Social Empresarial o RSE debe ser un elemento transversal  en toda organización, sin importar el sector a la que ésta pertenezca, de forma que las organizaciones dejen de ser vistas no sólo como productores de riqueza sino como beneficiarios de toda la sociedad.  Para ello es necesario romper los esquemas mentales  y las soluciones a corto plazo que han preponderado hasta la actualidad en las organizaciones con sus decisiones; encontrando nuevas posibilidades de innovación que reemplacen nuestras  antiguas formas de pensamiento, llevándonos a nuevos caminos que nos permitan repensar el cómo nos relacionamos en los ámbitos económicos, sociales y ambientales.  Así, el mundo actual nos pide que nos tomemos  el tiempo para reflexionar y repensar acerca de nuestro modo de vida, de la manera como nos organizamos, como nos relacionamos, como interactuamos y que tan acertada es la forma en como vemos al mundo. Somos nosotros como individuos quienes constituimos  a las organizaciones y no son las organizaciones quienes nos constituyen como individuos.


En medio de una desigualdad social que se vive actualmente en muchos sectores, quienes la padecen directamente son los más empobrecidos, quienes son a la vez  los que directamente sufren los efectos de  los desperdicios industriales y viven diariamente con la destrucción de los ecosistemas. Por ello,  se hace necesario romper el esquema mental de que las responsabilidades económicas, sociales y ambientales le corresponden al otro, y que nuestro papel en  estos cambios es pasivo y nulo.  Resulta muy fácil “lavarse” las manos con trasladar la responsabilidad a los directivos, al gobierno o a los empresarios. Es fundamental apersonar, incluir e invitar a todos los integrantes de las organizaciones, ya que de allí se deriva una gran cantidad de energía creadora que muchas veces se desperdicia por no existir los adecuados canales de comunicación. A la vez, es necesario el apropiarse y sentirse responsable de las problemáticas que se enfrentan en la actualidad y dejar a un lado la posición de culpar “al sistema”,  a sabiendas que éste funciona a partir de cómo pensamos y actuamos las personas.

No se puede hablar de RSE si se deja a un lado el tema de Sostenibilidad, y no se puede hablar de Sostenibilidad si no se enmarca en las tres dimensiones fundamentales para el desarrollo de las organizaciones: la dimensión económica, la dimensión ambiental y la dimensión social. Estas tres dimensiones se encuentran entrelazadas y no se puede operar alguna excluyendo las otras dos, todo desde una óptica clara de sostenibilidad, yendo desde la organización socialmente responsable hasta el ciudadano corporativo. En medio de éste contexto las tecnologías de la información y la comunicación deben ser un elemento clave para generar el desarrollo personal, empresarial y social que queremos alcanzar de las organizaciones, ya que como es sabido, la tecnología determina cada vez más el progreso de la sociedad y por ende su crecimiento económico, a la vez es fundamental reforzar la educación a través de éstas herramientas, ya que ésta es la base fundamental para el desarrollo de la sociedad.


Hemos llegado al punto en que muchas de las creencias con que se desarrollaron las organizaciones deben ser reconsideradas, como nuestra superioridad como seres humanos en el planeta, como el hecho de que cada vez nos damos cuenta de que los recursos no son tan infinitos como creíamos, como que nuestras acciones en busca del desarrollo económico no iban a tener un impacto considerable en el impacto ambiental, en que siempre habría lugar para lanzar nuestros desperdicios, en donde nuestra cotidianidad se basaba en tomar – hacer – desechar – desperdiciar.  Estas reflexiones más que buscar desesperarnos y asegurarnos un apocalipsis climático, social y económico, nos deben llevar por el camino contrario, es decir, en hacernos ver la oportunidad que aún tenemos de redescubrir, de innovar y de rediseñar nuestras vidas, nuestra sociedad y nuestra economía, no con el objeto de buscar soluciones cortoplacistas, que finalmente sólo disfrazan las problemáticas reales, sino que por el contrario se busquen soluciones que sean más profundas entorno a las realidades que se viven en la sociedad.


Para que el concepto de RSE asociada al tema de sostenibilidad se de realmente en la sociedad es fundamental la participación y el impulso que  deben ofrecer el gobierno, la industria, la academia y una posición crítica que cada cual puede tener como ciudadano, en la búsqueda de lograr mejorar el estándar y la calidad de vida de las personas a través del crecimiento de las organizaciones, pero con una clara visón de reducción del  impacto ambiental y de una relación más amigable con el medio ambiente, creando así valor sostenible y marcando la diferencia significativa que el planeta requiere, teniendo en cuenta que un crecimiento sostenible debe convertirse en una realidad inmediata y no en una meta distante. Esto nos conduce a que la sostenibilidad y la RSE llevadas adecuadamente deben llevar a crear un nuevo esquema mental que manifieste cómo la sociedad se encuentra en una fuerte relación de interdependencia que en el pasado no se había visto ni reflexionado, y así se demuestre que una fuerte sostenibilidad económica va de la mano de una sostenibilidad ambiental y social.


Es importante prevenir no caer en posiciones polarizadas entre medio ambiente y crecimiento financiero, por el contrario se debe tener una nueva forma de pensar en donde el desempeño financiero y medio ambiental no son dos polos opuestos sino que ambos pueden desarrollarse juntos para lograr el crecimiento de las organizaciones y para ello se necesita un trabajo conjunto de todos sus actores, permitiendo visibilizar  nuestros hábitos de consumo y su impacto en las diferentes cadenas productivas y llegar a ser verdaderamente conscientes del impacto que generamos en todo lo que consumimos a diario, especialmente cuando se es capaz de sobrepasar las fronteras mentales con las que se vive cotidianamente. En éstos momentos las organizaciones  tienen muy claro que aquellas que  no están trabajando en temas de sostenibilidad están arriesgado a perder su participación en el mercado especialmente aquellas que no tienen una clara contribución hacia la protección del medio ambiente, y aunque muchas organizaciones  estén tratado de evadir el tema, el planeta hace que la opción hacia la protección del medio ambiente ya no sea sólo una opción, por lo cual es ineludible  el buscar desarrollar el equilibrio entre sostenibilidad y desarrollo económico que ofrezca un real bienestar general para la humanidad a través de una constante invención creativa y una filosofía ética.


¿Pero como crear una cultura de RSE en nuestras organizaciones?


Para esto se requiere como primer paso fundamental “poner la casa en orden” es decir, concertar esfuerzos en los procesos internos que permitan interiorizar y sensibilizar los conceptos relacionados a la Responsabilidad Social Empresarial desarrollado a través del organigrama interior de las entidades y tener así un concepto claro de lo que es la RSE. En segundo lugar se deben definir los parámetros en que la organización debe actuar, identificando las necesidades propias de su contexto. No es concebible una acción de RSE de una organización hacia la sociedad si ésta no se ve reflejada e interiorizada en su interior mismo. En tercer lugar exteriorizar su visión de RSE a través de programas sociales en comunidades, apoyo a entidades sin ánimo de lucro, actividades filantrópicas, y a la divulgación propia de éstas actividades permitiendo actuar de una forma coordinada que permita ejecutar proyectos socialmente responsables, que a la vez sean sostenibles y que permitan la inclusión de diferentes actores de la sociedad integrándolos nuevamente en redes socialmente responsables y sostenibles.


Es fundamental educar a las comunidades para que desarrollen sus capacidades, no sólo centrada en los adultos sino con los adolecentes y los niños, sembrando nuevas semillas de cambio pensando en el largo plazo y no en el día a día.


Todo este proceso no puede ir “suelto” por lo cual es fundamental crear programas de acompañamiento que permitan optimizar los procesos bajo un esquema de mejora continua. Esto requiere un tanto de tiempo como de un alto nivel de compromiso, de otra manera los cambios o no se darán como se desean o serán superfluos y su impacto terminará siendo nulo. Este proceso de seguimiento debe permitir la formación en el tema de RSE así como mejorar afianzar los valores propios de la organización que se va a ver reflejado en la formación de sus empleados, generando una apuesta directa al éxito de las organizaciones, a través de un mejor clima laboral y ganancias en productividad. No se puede cometer el error de hacer de los procesos acciones puntuales que se queden al final en asistencialismos que no generen cambios ni al interior de las organizaciones ni en las comunidades en donde se realizaron toda una serie de acciones que al final del día sólo quedarán como un “bonito recuerdo”, pero que no permitieron crear una red socialmente responsable, como el sueño que aunque parece real al despertar se olvida para seguir en la vida que no es capaz de hacer cambios en la realidad de las personas.


Por otro lado, se puede llegar al punto que las comunidades no trabajen en pro de su desarrollo porque siempre existen “personas de buen corazón” que cada determinado tiempo les ofrecen donaciones y todo tipo de ayudas, promoviendo aún más el problema y no resolviéndolo realmente.  Quedándose simplemente en contribuciones asistencialistas y caritativas para limpiar conciencias pero no para cambiar realidades. El ejercicio de la RSE no debe radicar en ayudar a las comunidades con limosnas sino que debe radicar en ayudarles a éstas a desarrollar sus capacidades y potenciales por sí mismos, siendo ellos la clave de su propio desarrollo. La RSE debe ser pensada en producir ideas y soluciones que permitan mejorar la calidad de vida de las personas  y en el crecimiento y creación de empleos.


Por lo cual, para que se de una real RSE es fundamental crear lazos y compromisos que se hallen lejos de crear dependencias y asistencialismos que no permiten alcanzar el anhelado cambio social que muchas comunidades requieren, ésta realidad conlleva a que para que se desarrolle una adecuada RSE  es necesario trabajar en la educación de las organizaciones y de las comunidades, siendo ésta una tarea conjunta entre unas y otras.


Una persona mejor capacitada  ofrece mejores oportunidades para las organizaciones y esto se refleja directamente en una sociedad con mejores ciudadanos, aumentando así la calidad del capital humano del país. Esta capacitación tiene que abarcar no sólo una adecuada formación profesional sino una formación tanto  ética, como  en los valores de la organización de la que hacen parte y debe ser continuamente actualizada en un mundo cambiante donde la información se requiere en tiempo real. Siempre será preferible un ciudadano capacitado a uno sin educación. Este proceso de concientización debe ir desde el más modesto empleado hasta el más alto directivo, concientizándolo acerca de lo que sucede en su entorno y abriéndole la oportunidad de crear respuestas apropiadas para las problemáticas que posee el país.


Se observan entonces claramente varios cambios, el primero se refiere a las empresas y su relación con su economía, la segunda esta referida a la relación con la sociedad en donde entra en juego de forma directa la relación entre empresa y medio ambiente y la tercera con el posicionamiento de marca y la reputación en el mercado destacando más su valores que los productos a través de su publicidad (misión, visión, valores corporativos).Se tiene cada vez más claro que la relación con las organizaciones y la RSE estimula al crecimiento de las mismas porque saben claramente que su crecimiento económico va de la mano de un mayor aporte social.

A la vez, los consumidores están cambiando su visión de racionalidad económica basada en el precio a la racionalidad basada en un consumo responsable, en donde desde su poder de consumidores pueden abstenerse de comprar productos que no ofrezcan garantías de RSE y de desarrollo sostenible, concebido en sus aspectos fundamentales: el ambiental, el social y el económico. Es así como los nuevos protagonistas del mercado ya incluyen en su lenguaje los temas del desarrollo sostenible y el uso cada vez mayor de las tecnologías limpias. Para ello es fundamental que la RSE nazca en nuestras propias familias, llegue a nuestras entidades educativas y finalmente alcance su máxima plenitud en nuestras organizaciones.


Si deseamos un cambio profundo de nuestra sociedad es fundamental la participación activa del sector privado en alianza con el gobierno, entidades sin ánimo de lucro y de todos los actores que conforman la sociedad civil, generando así redes de valor responsable. ¡Todos formamos parte de ésta red productiva! Y nos beneficia a todos. Como se observa la RSE implica sobre todo un cambio en nuestra cultura y nuestra mentalidad, tanto del lado de los empresarios como el lado de los consumidores y en general de la sociedad en su conjunto.


No podemos olvidar que la RSE no es una obligación, por el contrario es una cuestión que nace desde la libertad y la voluntad de quienes desean participar, en el caso de los empresarios se relaciona con sus acciones como miembro de la sociedad a la que pertenece, yendo más allá del hecho de adquirir y comercializar sus productos.
Es importante tener en cuenta que no se puede tomar a la ligera el concepto de RSE al tratar de volverlo en un medio de promoción y marketing de las organizaciones, perdiendo así su lógica social y ambiental para quedarse simplemente en una lógica de negocios con fines económicos. La RSE debe responder y ser consecuencia directa de las acciones sociales de la empresa y de los valores que deben regir a las organizaciones.


Aquí nacen las relaciones fundamentales entre los empleados, el medio ambiente, las comunidades, los contratistas y los proveedores. La interacción de programas de voluntariado nace entonces de la premisa de que muchos sabemos que queremos hacer algo distinto, pero no sabemos como hacerlo, en este punto los empresarios deben ser consientes  de que son agentes de cambio, transmitiendo sus valores a la sociedad, lo cual les exige desarrollar proyectos propios en beneficio de ésta, rompiendo el esquema de que la empresa va por su lado y la sociedad por el otro, recordando fundamentalmente que nunca trabajamos solos.


Podemos concluir entonces que:


  • La RSE no puede ser vista sólo como una simple donación a una determinada entidad, es fundamental romper éste paradigma  y analizar realmente el impacto que ésta genera en la sociedad, revisando y garantizando la correcta ejecución de los proyectos, permitiendo así ayudar al país de distintas formas, desde mejorando la calidad de vida, hasta permitir el fortalecimiento de la infraestructura social para alcanzar el desarrollo nacional. Esto beneficia directamente la relación de la organización y la sociedad, permitiéndole mejorar su percepción y la marca del mercado.
  • La RSE comprende las relaciones de las empresas con sus trabajadores, con sus clientes, con sus proveedores, con el medio ambiente, con la sociedad en general y con el Estado, permitiendo así construir una sociedad más igualitaria, democrática, equitativa y fundamentalmente más incluyente, promoviendo el desarrollo humano, y  generando así un desarrollo social y económico dentro de un marco de desarrollo sostenible desde su triple dimensión económica, ambiental y social. Por lo cual no podemos hablar de RSE si se dejan a un lado conceptos como la incorporación de preceptos de producción más limpia y un estilo de vida más amigable con el medio ambiente por parte de todos los miembros de una organización.
  • LA RSE no es una cuestión que se desarrolla en grandes organizaciones y se queda en decisiones ejecutivas,  ésta se da a través de los individuos que la conforman, esto implica que no es un trabajo aislado, sino que por el contrario requiere la construcción de redes de diferentes sectores unidas por metas de sostenibilidad. Este escenario marcará una clara diferencia en el futuro que implicará crear con el tiempo una transformación profunda de la relación entre el hombre y el planeta, que conllevará al desarrollo de nuevas formas de transporte, búsqueda de sistemas energéticos más eficiente, actuaciones concretas ante el cambio climático y un mayor y mejor manejo de los residuos provenientes de las organizaciones; para lograr esto se deben tener tanto una clara comprensión del presente como una  visión profunda del futuro en un marco de actuaciones innovadoras e incluyentes teniendo claro cuál es el mundo que se quiere crear.
Toda ésta reflexión nos estimula hoy a invitar a la  construcción de una sociedad regenerativa donde no sólo la vida humana sea la que florezca, sino que se genere el impacto positivo que el planeta requiere, marcando una diferencia significativa a través de las elecciones cotidianas y hacer que la RSE se dé a  través de una visión de sostenibilidad económica, social y ambiental que parta de aquella palabra que nos ha llevado a ser la especie que puede salvar o no al planeta: “decisión”.


Ing. Jorge Enrique Reyes Melo
Director Ejecutivo
Corporación Eknaton Energy
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EKNATON ENERGY . “Generando Conciencia con Conocimiento”